Cervezas artesanalesCervezas Bandolera, Califa y Son

La globalización avanza a pasos agigantados cada día. Y sí, tiene una gran cantidad de aspectos positivos, no lo podemos negar; pero no es menos cierto que también acarrea consecuencias devastadoras para las pymes y los autónomos tradicionales.

No podemos luchar contra las multinacionales en cuanto al precio, tenemos esa batalla perdida, en gran medida porque a menudo ellas tienden a hacer un uso de los recursos medioambientales y humanos, podríamos decir, éticamente mejorable –pero bueno, esa es otra historia.

No podemos luchar contra las multinacionales en cantidad y diversidad de productos, ellas siempre van a tener más variedad de productos, más puntos de venta y más almacén que nosotros.

Pero no está todo perdido: sí podemos luchar contra las multinacionales en cuanto a calidad y cercanía. Y de esto precisamente se dieron cuenta hace ya tiempo varios grupos de cerveceros cordobeses.

Las cervezas industriales son a las cervezas artesanales lo que los tomates de plástico del supermercado a los tomates deformes del huerto de tu abuelo.

Si alguna vez has probado un tomate de verdad entenderás esta frase.

Habitualmente se apela al carácter solidario y de comunidad para incentivar el consumo de productos locales, pero esa estrategia está destinada al fracaso. Podemos ser solidarios una vez, dos veces, pero a la tercera volvemos a mirar por nuestros intereses (directos, al menos). Sin embargo, si la propuesta de valor de los productos locales se basa en la exquisita calidad de los mismos la cosa cambia. Ya no consumiremos productos locales solamente por un motivo social sino porque nos gustan más, nos parecen mejores.

He hablado de cervezas artesanales, pero podemos llevar esta filosofía a cualquier negocio. A cualquiera.

Nota mental: puedes comprar estas cervezas en la Tejedora y en el Deza; también las tienes online si lo prefieres.

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